viernes, 15 de junio de 2012

El payé, o pey, el saneador guaraní

A mi padre lo llamábamos Pey. Pey y payé para nosotras era lo mismo. El payé, que en el idioma guaraní quiere decir ‘el que sabe’, era antes de la occidentalización de los pueblos tupi, algo más que un chamán. Para las tribus guaranís el payé era quien sanaba a los miembros del clan de las enfermedades y los malos augurios.

Leónidas Garbantes, pintor argentino, lo eternizó en el grabado que abre este 'post'. Y lo llamó el que vela por la limpieza y la higiene personal.

Mi padre siempre tuvo una obsesión por la limpieza. Por el agua saneadora, la higiene y la armonía corporal.

Los guaranís eran uno de los pueblos más sanos y fuertes de todo el hemisferio austral. Así me lo decía mi papá y lo reconocieron los primeros españoles que se encontraron con ellos. A parte de su buena alimentación, basada en el maíz, y el mate, y los animales que produccian los ríos por donde transcurría su vida, - no solo devoraban pescados y anfibios, sino que también comían y cazaban  mamíferos y reptiles- tenían un concepto que muy claro del valor sagrado de la limpieza corporal y el aseo personal. El agua que discurría por sus territorios facilitaba esa higiene. Y el valor mítico que tenían  del liquido elemento, como engendrador y portador de vida, también influyó en esta cultura del cuidado personal del cuerpo.

Para entender aquella primitiva sociedad tupí, hemos de partir de la idea de que no existía una frontera definida entre los mundos "terrenal" y "espiritual", tal como pasa en todas las sociedades animistas. Para ellos todo constituía una sola realidad. Lo espititual (el cielo, la mente, los dioses), y lo terrenal (la tierra, lo corpóreo, el hombre) son una misma realidad unido por la magia. Y la comunicación entre los hombres y lo sagrado se establecía a través de los sueños y que solo podía interpretar y controlar el payé.

‘Este personaje, el payé, devenía tal por inspiración y desde el vientre materno, y no debido a un entrenamiento especial o por pertenecer a un determinado estrato o círculo social’ nos dice el egiptólogo Jorge Roberto Ogdon. Es decir, nacía, que no se hacía. Era un don, un atributo que tenían los payé, reservado a ciertas personas, pero transferido de forma innata.

El gran rol de payé, en estas sociedades, era, a parte de unir los espiritual con lo humano, lo divino con lo material, era el curar y prevenir a las personas de los males físicos y las angustías mentales.
El payé, el pey, curaba, tenía poderes para contrarrestar un "daño", un mal espíritu. Era un médico.

Obviamente, también era un herborista capaz, como usualmente lo suelen ser los chamanes en todos lados. El herbarium de la región paraguaya es pletórico en plantas útiles y eficaces que se emplean para sanar.  Y como no, también el payé utilizaba el sueño como terapia curativa. Una vez despierto el enfermo, el payé ponía en práctica una serie de operaciones o ritos, destinados a extraer y expulsar al invasor, que había provocado la enfermedad en el paciente. Estas operaciones, las recuerdo muy bien, básicamente eran las siguientes:

Cura por succión: chupar la región del cuerpo en donde se supone que las entidades intrusas (la enfermedad ) se encuentra ubicada. El besar es la expresión sublime de esta succión.


Cura por soplo: el payé sopla sobre la víctima y, de esta manera, introduce en su cuerpo una fuerza mágica que pone fin a la causa de la enfermedad. Es el soplido benefactor que nos da aire y equilibra nuestra temperatura.

Cura por rezo: se recurría a ella en casos severos y cada payé tenía sus propias e intransferibles oraciones para poder erradicar estas poderosas enfermedades. Es la forma de canto, acompañado del ron ron de la música, para erradicar nuestros males. 'Quien canta su mal espanta'.

Cura por hierbas:  que el payé conoce y usa un amplio espectro de especies vegetales, así como otras sustancias del mundo natural, a fin de preparar la medicación correcta y eficaz con que restaurar la salud del paciente y derrotar a la enfermedad. Base de la farmacopea de siempre.

Payé

miércoles, 6 de junio de 2012

Canibalismo y purificación


A veces me repugna. Otras no tengo más remedio que aceptarlo. La mayoría de las veces, y rearmándome de moral y ética relativista a nivel antropológico, las puedo comprender. Cuesta aceptarlo, pero es una evidencia. Siempre me ha sorprendido de que el hilo que más lectores tiene este blog sea el que habla del canibalismo. Sobre todo el que afecta al post de Solis. Miras las estadísticas, y a pesar de que hace tiempo que escribí aquel primer artículo, aún es el "top teen" del blog. Y más, después de los trágicos sucesos acaecidos estos días en Miami, sobre un caso de canibalismo activo, salvaje y virulento.

Poco tiene que ver el canibalismo del trastocado ciudadano de Miami, con el que practicaban, como ritual de purificación los indios pre-colombinos, y en especial los guaranís procedentes de la Amazonia. Y el canibalismo es una práctica cultural que no solo se ha practicado en América, sino que es universal, en ciertos momentos históricos.

Para ello hemos de comprender el mito del Karaí amazónico, caribeño y guaraní, que con ayuda del jaguar legendario debía cumplir su cometido de poblar la tierra, y necesitaba acudir a la mujer y al secreto del poder femenino, para devorar a los hombres impuros, los que no tenían derecho a perpetuar su especie.

En la tierra, solo la mujer era, igualmente que el Karai, la intermediaria privilegiada para establecer el nexo y la mediación entre los grupos, y determinar las reglas de reciprocidad dentro de un sistema de antagonismos y complementariedad y evitar el exterminio mutuo, si era necesario evitar el canibalismo y dar continuidad a la especie. Pero solo su opinión era aceptada para evitar este rito.

Los guaraníes, como todas las sociedades conocidas, tenían sus prácticas rituales y religiosas para purificar lo impuro. Y por regla general, en toda sociedad o en todo individuo, la principal amenaza que se tiene es la muerte que es lo contrario de la vida, es decir, lo impuro. Y la impureza es por excelencia el cadáver, que pone al individuo frente a la muerte.

Los ritos funerarios y de cacería, de muerte del animal, cumplen la finalidad de purificación, que solo se consigue si este es comido en un banquete ritual.

Lo impuro, en definitiva, es el enemigo, el ser de otra especie, los hombres de otras tribus. A los seres de otras tribus los antiguos guaranís -y por extensión otros pueblos que habian sido caníbales- no se los consideraban “verdaderos hombres”. Eran sus enemigos, a los que les podrían propinar la muerte. Por esto, no solo tenían que ser eliminados, sino que tenian que ser comidos por los vencedores, para completar el ciclo de la purificación. A no ser que la mujer, o el clan de mujeres, lo impidiera, y entonces entraban, estos enemigos, a formar parte de la tribu, de la sociedad de los puros.

Solo en este sentido se entiende el canibalismo de las distintas tribus americanas. En este sentido, el ritual de la antropofagia consistía en purificar la carne impura del enemigo, comiéndosela; este ritual introduce un sentimiento de ambigüedad difícil de entender y reprochable desde nuestra óptica actual, porque esta definición implica exclusión y, a la vez, inclusión de todos aquellos que se sienten integrantes de una comunidad de la cual los demás son excluyentes.

Ser considerado “caníbal” era comerse a los seres de su “propia especie”, y no se aceptaba. Los guaraníes no se comerían nunca a sus semejantes, a los de su tribu, pero sí podrían hacerlo con los europeos. Como hecho curioso, tal como señala Shmild, la sorpresa de los guaranís fue grande, cuando fueron testigos de la hecatombe de la expedición de Solís, y ver como entre europeos se comían mutuamente, en caso de hambre, a pesar de que formaran un mismo grupo o, para ellos, "tribu". Y esto lo vieron repetido después en varias ocasiones, con otros casos protagonizados por otros exploradores, piratas, perdidos en la selva o en las costas y desesperados por su desnutrición practicaron la antropofagia. Nunca lo entendieron. Para ellos era ir contra la naturaleza.  [Creo una etiqueta "canibalismo" para agrupar los artículos sobre este temática]