jueves, 3 de junio de 2010

La Diosa Blanca de Rojo (leyenda guaraní)


El bloggero Martin Cagliani, miembro de la Red Argentina de Periodistas Científicos, escritor de cuentos e investigador “libre” de antropología, en una acertada interpretación de las contínuas guerras mantenidas por el pueblo guaraní en el Gran Océano Verde, escribe:

"Los guaranís de la costa brasileña contaban que muy al Occidente (¿pueblos del antiplanicie peruano, procedentes de China, Europa o del Norte de América?) se encontraba la riquísima tierra de los “caracaraes”, dominio del Rey Blanco, en donde había una gran sierra de plata y ríos de oro con maravillas indecibles.

"Entrando por el Río de la Plata se podían cargar los barcos (¿piraguas?) con metales preciosos, aún lo más grandes. Los súbditos del “Rey Blanco” llevaban coronas de plata en la cabeza y planchas de oro colgadas al cuello (muy similar a los reyes medievales europeos).

"El imperio ignoto que se hallaba hacia el Occidente, estaba protegido por un Gran Dragón Rojo. Y junto a este Dragón, invencible para los guaranís, y representado como una impenetrable selva, estaba una magnífica Diosa Blanca de Rojo, que custodiaba el Gran Tesoro.

"Se sabe que los guaraníes realizaron grandes emigraciones hacia las tierras incaicas del Perú con ánimo de conquista, pero siempre fueron expulsados. Algunos, a su regreso a los parajes de asentamiento, una vez establecidos en el Gran Chaco y en las tierras paraguayas, se encargaron de divulgar la fama de la Diosa Blanca de Rojo, y la riqueza que se guardaba en aquellos parajes. Estas historias fueron recogidas por los primeros exploradores españoles que penetraron en el siglo XVI por el actual río de la Plata, como una prueba de que en el interior del Gran Pantanal se encontraba un imperio donde la Plata y el Oro abundaba de forma extraordinaria".

Y yo me planteo: "Hoy esta historia está más latente que nunca. Vuelve a repetirse en la actualidad".

1 comentario:

  1. silvia:
    bonita y bella parabola la de este martín, y muy bien recogida por ti.
    esto es lo que ocurre hoy, y ha ocurrido siempre, en américa: una eterna historia de búsqueda del dorado, por parte de todos.
    ¿¿¿aguantará la madre naturaleza americana esta ansiosa codicia???
    anahi

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